Estaba ahí, en la habitación sola, aquella bolsa de suero, conectada a su brazo… Paola le temía a las agujas, y no se atrevía a ver como aquella conectaba la bolsa con su cuerpo. Agobiada y confusa, mil ideas pasaban por su mente, solo iba a una consulta medica, y de un momento a otro se encontraba ahí, en aquella sala, a veces escuchaba gritos de otras personas. No le preocupo mayormente, tenia una idea de lo que pasada, pero nunca lo había vivido. Ahora era el momento. Pero era mejor no pensar, no atender las palabras de miles de personas que decían “vas a sufrir”, ¿y que sabían ellos? Esto podría ser distinto a muchos de ellos, de echo todos los casos eran distintos.
Decidió intentar dormir, no sacaba mucho estar despierta, no había televisión ni radio, lo único que veía era una cama vacía a su lado, un lavamanos, y un mueble colmado de bolsas con suero. La ventana estaba a su espalda, y daba la pared del otro edificio, que parecía no estar más lejos de veinte centímetros. Unas gotas que mojaban las ventanas hicieron pensar a Paola que estaba lloviendo. Cerró los ojos.
Una oscuridad profunda la rodeaba
- Estoy aquí- decía una voz - Ven a buscarme por favor, te necesito -
- ¿Quién? ¿Quien eres?- responde Paola
- Quiero estar contigo, Ven a buscarme, sácame de aquí - decía aquella voz
No la conocía, pero le traía calidez, confianza, no entendía que pasaba. Pero sabía que debía ir a buscarla.
- Háblame, quiero saber donde estas -
- Aquí, aquí, ven por mí -
Paola no veía mas que oscuridad, no podía notar de donde provenía la voz, mas bien parecía que la rodeaba, dio unos pasos al azar
- No, no te vallas - dice la voz, mientras su volumen disminuye, ella corre… - No te alejes - Ella se detiene
- No, no, háblame, por favor -
- Estoy aquí - dice la voz apenas perceptible
Ella desespera.
- Señorita, le vamos a hacer un monitoreo, para ver como esta su bebe – Paola mira a la enfermera asustada.
- Claro – responde, mientras piensa en el extraño sueño. Nota una lagrima en su rostro.
- ¿Pasa algo? - dice la enfermera
- No, está todo bien – sonríe.
Empieza el monitoreo, la enfermera anota. Frecuencia cardiaca: 160, 160, 160, 150,150, 140, 120, 110
Mira a la enfermera, ve su expresión de preocupación, algo no anda bien.
90, 70, 70, 60, 50…
La enfermera sale corriendo de la sala, llamando a un doctor, entran Rapidamente. Paola no entiende que esta pasando. El doctor la examina, le toca su vientre, lo presiona un poco, Paola se desespera. No quiere entender lo que ocurre, tiene miedo, llora…
- Tranquila, dice el doctor, todo estará bien -
50, 60, 70, 70, 70, 70, 80, 80, 90, 100
La bolsa de agua, se ha roto.
110, 110, 130, 150, 160, 160, 160, 160
La frecuencia cardiaca del niño se ha reestablecido, la desesperación de Paola se va, el doctor tenia razón, estaba todo bien.
- Esto significa que hoy nacerá tu bebe - le explica a Paola - No le quiten el monitoreo - le indica a la enfermera
Después de un tiempo, la enfermera se retira de la habitación, Paola vuelve a escuchar gritos de otras salas, pero no le importa, solo mira el monitor
160, 160, 160, 160, 160, 160…
- Pensé que me dejarías solo – expresa la voz
- Jamás podría hacerlo - señala ella - Pero aun no te veo…
- Estoy aquí, muy cerca de ti -
- Pero quiero abrazarte -
- Tranquila, ya me encontraras, por que se que me quieres -
Un dolor profundo en el vientre la despierta, siente que la ahoga, recuerda lo que le habían dicho en el curso, de cómo respirar, pero resulta muy difícil. El dolor se va, ve una imagen borrosa de la habitación…
- Perdón, todo es mi culpa -
- No, amor, no lo es, esta bien, soy una persona fuerte-
- Entonces, ¿No tienes miedo?-
- Tal vez, pero, eso no es lo importante -
- Yo tengo miedo, mucho miedo, no se lo que me espera -
- Tranquilo, no estás solo, yo nunca te dejare solo, nunca -
Nuevamente el dolor, esta vez mas intenso, sientes deseo de afirmarse en algo, pero no sabe que, esta vez esta sola… no, no lo esta, ella lo sabe, y resiste. El dolor se va. Se queda de espaldas tumbada. Pensando… otra vez el dolor, se afirma de la baranda que tiene la camilla, el dolor comienza a irse, y llega otro, tras otro… pierde la noción del tiempo.
- Me duele, me duele mucho - piensa ella
- Tranquila, tranquila - dice la voz llorando - Queda poco, así que tranquila -
- No te preocupes, ya estoy bien -
- Vamos a revisarla - dice la enfermera, Paola abre los ojos, sorprendida, aun siente el dolor, aun esta sujeta de la baranda - Ya es hora - indica la enfermera, Paola no resiste el dolor, cierra los ojos, y aprieta sus labios, no sabe otra manera de apaciguarlo…
Siente como trasladan la camilla de la habitación, escucha mucho ruido a su alrededor, pero lentamente se va perdiendo
- Resiste un poco mas - dice la voz más fuerte
Abre los ojos, ve a muchas personas, tal vez quince, no lo sabe, no le interesa…
Alguien le señala que se acueste en la camilla de el lado… ella piensa “podré”, mientras entre el dolor se mueve, se recuesta… otra vez el dolor, aun mas fuerte, ve a todos arreglándose, la imagen se pierde…
- ¿Donde estas?- dice Paola
- Aquí estoy… ven y encuéntrame
- Pero no se a donde ir, esta todo oscuro…
- Tranquila, estas muy cerca, solo sigue tu instinto… -
Un nuevo dolor mas fuerte… siente un deseo incontrolable de hacer fuerza, le dice a la doctora, y esta responde “puje no mas”.
- Me has encontrado…-
Entre la confusión siente un fuerte llanto… ve un pequeñito muy rojo y brillante, lo dejan en su pecho, ve como las enfermeras le limpian la grasa de su cuerpo, mientras otra le pone un brazalete azul, con sus apellidos, ella lo abraza
- mi hijito -
Siente su calor, y se pierde en un nuevo sueño.
- Gracias, me has encontrado, ahora estoy contigo, por mucho, mucho tiempo, gracias Mamá, te quiero mucho -