21 diciembre 2009

Dolorosa alegría


Estaba ahí, en la habitación sola, aquella bolsa de suero, conectada a su brazo… Paola le temía a las agujas, y no se atrevía a ver como aquella conectaba la bolsa con su cuerpo. Agobiada y confusa, mil ideas pasaban por su mente, solo iba a una consulta medica, y de un momento a otro se encontraba ahí, en aquella sala, a veces escuchaba gritos de otras personas. No le preocupo mayormente, tenia una idea de lo que pasada, pero nunca lo había vivido. Ahora era el momento. Pero era mejor no pensar, no atender las palabras de miles de personas que decían “vas a sufrir”, ¿y que sabían ellos? Esto podría ser distinto a muchos de ellos, de echo todos los casos eran distintos.
Decidió intentar dormir, no sacaba mucho estar despierta, no había televisión ni radio, lo único que veía era una cama vacía a su lado, un lavamanos, y un mueble colmado de bolsas con suero. La ventana estaba a su espalda, y daba la pared del otro edificio, que parecía no estar más lejos de veinte centímetros. Unas gotas que mojaban las ventanas hicieron pensar a Paola que estaba lloviendo. Cerró los ojos.


Una oscuridad profunda la rodeaba
- Estoy aquí- decía una voz - Ven a buscarme por favor, te necesito -
- ¿Quién? ¿Quien eres?- responde Paola
- Quiero estar contigo, Ven a buscarme, sácame de aquí - decía aquella voz
No la conocía, pero le traía calidez, confianza, no entendía que pasaba. Pero sabía que debía ir a buscarla.
- Háblame, quiero saber donde estas -
- Aquí, aquí, ven por mí -
Paola no veía mas que oscuridad, no podía notar de donde provenía la voz, mas bien parecía que la rodeaba, dio unos pasos al azar
- No, no te vallas - dice la voz, mientras su volumen disminuye, ella corre… - No te alejes - Ella se detiene
- No, no, háblame, por favor -
- Estoy aquí - dice la voz apenas perceptible
Ella desespera.


- Señorita, le vamos a hacer un monitoreo, para ver como esta su bebe – Paola mira a la enfermera asustada.
- Claro – responde, mientras piensa en el extraño sueño. Nota una lagrima en su rostro.
- ¿Pasa algo? - dice la enfermera
- No, está todo bien – sonríe.
Empieza el monitoreo, la enfermera anota. Frecuencia cardiaca: 160, 160, 160, 150,150, 140, 120, 110
Mira a la enfermera, ve su expresión de preocupación, algo no anda bien.
90, 70, 70, 60, 50…
La enfermera sale corriendo de la sala, llamando a un doctor, entran Rapidamente. Paola no entiende que esta pasando. El doctor la examina, le toca su vientre, lo presiona un poco, Paola se desespera. No quiere entender lo que ocurre, tiene miedo, llora…
- Tranquila, dice el doctor, todo estará bien -
50, 60, 70, 70, 70, 70, 80, 80, 90, 100
La bolsa de agua, se ha roto.
110, 110, 130, 150, 160, 160, 160, 160
La frecuencia cardiaca del niño se ha reestablecido, la desesperación de Paola se va, el doctor tenia razón, estaba todo bien.
- Esto significa que hoy nacerá tu bebe - le explica a Paola - No le quiten el monitoreo - le indica a la enfermera
Después de un tiempo, la enfermera se retira de la habitación, Paola vuelve a escuchar gritos de otras salas, pero no le importa, solo mira el monitor
160, 160, 160, 160, 160, 160…


- Pensé que me dejarías solo – expresa la voz
- Jamás podría hacerlo - señala ella - Pero aun no te veo…
- Estoy aquí, muy cerca de ti -
- Pero quiero abrazarte -
- Tranquila, ya me encontraras, por que se que me quieres -


Un dolor profundo en el vientre la despierta, siente que la ahoga, recuerda lo que le habían dicho en el curso, de cómo respirar, pero resulta muy difícil. El dolor se va, ve una imagen borrosa de la habitación…


- Perdón, todo es mi culpa -
- No, amor, no lo es, esta bien, soy una persona fuerte-
- Entonces, ¿No tienes miedo?-
- Tal vez, pero, eso no es lo importante -
- Yo tengo miedo, mucho miedo, no se lo que me espera -
- Tranquilo, no estás solo, yo nunca te dejare solo, nunca -


Nuevamente el dolor, esta vez mas intenso, sientes deseo de afirmarse en algo, pero no sabe que, esta vez esta sola… no, no lo esta, ella lo sabe, y resiste. El dolor se va. Se queda de espaldas tumbada. Pensando… otra vez el dolor, se afirma de la baranda que tiene la camilla, el dolor comienza a irse, y llega otro, tras otro… pierde la noción del tiempo.


- Me duele, me duele mucho - piensa ella
- Tranquila, tranquila - dice la voz llorando - Queda poco, así que tranquila -
- No te preocupes, ya estoy bien -


- Vamos a revisarla - dice la enfermera, Paola abre los ojos, sorprendida, aun siente el dolor, aun esta sujeta de la baranda - Ya es hora - indica la enfermera, Paola no resiste el dolor, cierra los ojos, y aprieta sus labios, no sabe otra manera de apaciguarlo…
Siente como trasladan la camilla de la habitación, escucha mucho ruido a su alrededor, pero lentamente se va perdiendo


- Resiste un poco mas - dice la voz más fuerte


Abre los ojos, ve a muchas personas, tal vez quince, no lo sabe, no le interesa…
Alguien le señala que se acueste en la camilla de el lado… ella piensa “podré”, mientras entre el dolor se mueve, se recuesta… otra vez el dolor, aun mas fuerte, ve a todos arreglándose, la imagen se pierde…


- ¿Donde estas?- dice Paola
- Aquí estoy… ven y encuéntrame
- Pero no se a donde ir, esta todo oscuro…
- Tranquila, estas muy cerca, solo sigue tu instinto… -


Un nuevo dolor mas fuerte… siente un deseo incontrolable de hacer fuerza, le dice a la doctora, y esta responde “puje no mas”.


- Me has encontrado…-


Entre la confusión siente un fuerte llanto… ve un pequeñito muy rojo y brillante, lo dejan en su pecho, ve como las enfermeras le limpian la grasa de su cuerpo, mientras otra le pone un brazalete azul, con sus apellidos, ella lo abraza
- mi hijito -
Siente su calor, y se pierde en un nuevo sueño.


- Gracias, me has encontrado, ahora estoy contigo, por mucho, mucho tiempo, gracias Mamá, te quiero mucho -

16 diciembre 2009

Premonicion

Eran las cuatro de la madrugada, un grito en su mente la despierta, se respiración es agitada, a tenido otra pesadilla. Intenta pensar algo positivo, para evadir el recuerdo de aquel horrible sueño, nada resulta. Intenta volver a dormir, no puede. Se destapa, y va al baño. Se moja la cara, y se ve al espejo. Ve una chica de 17 años. Humillada, desvalorada, inmunda… cierra los ojos, teme abrirlos, teme mirarse, y ver la realidad. Prefiere vivir en la fantasía, es mas fácil… sin abrir los ojos, se voltea, y camina hacia su pieza… se acuesta, he intenta dormir, pero no puede. Aquella imagen estaba gravada en su mente. No puede sacársela.
Se sentó a la orilla de la cama, se tomo la cabeza con ambas manos… sintió que se sofocaba, abrió la ventana. La luna estaba roja, grande. Al igual que en el sueño. Al voltearse se dio cuanta de que su habitación era un desastre. Recogió los libros que estaban en el suelo. Arreglo el bolso para ir a clases y organizo su uniforme.
Mientras ordenaba encontró su diario de vida. Hace años que no lo abría, había intentado por muchos años, olvidar su historia, sus recuerdos, su pasado. Sabía que eso no podría durar mucho tiempo. Tenia que enfrentar la realidad, para seguir su futuro, muchas personas se lo habían dicho. Pero ¡cual fácil era decirlo, y cuan difícil era hacerlo! Tomo el diario y comenzó a leerlo.

“3 de Junio: Estoy muy triste, mi mama esta enojada conmigo, y no se a quien pedirle ayuda. Hoy las cosas fueron peores, solo quería comer un poco de helado, jamás pensé que lo ocuparían para su comida, pero el desato toda su ira en mi, me duele demasiado mi cabeza y mi estomago, me da pena que mi mama nunca me defienda, entiendo que es su pareja…pero yo ¿no valgo?...”

Tan solo en la Cuarta línea, sus ojos se llenaron de lágrima. Una mezcla de dolor, rabia, orgullo, miedo, y rencor tomaron posesión en su corazón. Aun así continuo leyendo. “…creo que no, creo que mi mama lo quiere mas a él que a mi, a veces creo que si no fuera por mi amorcito, yo ya no estaría aquí.

"5 de junio: No puedo creer que pasara esto, desearía poder acabar con todo… acabar con mi vida si fuese necesario. Hoy después de clases me quede con mis amigos, y mi amor, Francisco, estábamos abrazados conversando del examen de Sociales, en eso mi niño lindo me besa, fue entonces cuando llega José, solo sentí que me jalaban fuerte el cabello, botándome al suelo, y me empezó a patear, vi como mi niño y mis amigos intentaban defenderme, todo el colegio estaba rodeando la escena, escuche a mi profesora gritarle, entonces me volvió a jalar del cabello subiéndome en el auto y nos vinimos a casa, estoy segura que mañana todos los profesores querrán hablar conmigo. Mi mama me esta llamando, ahí vuelvo…”

Su corazón latía mas deprisa a cada palabra que traspasaba desde el libro a su cerebro. Ya no solo sentía rencor y miedo. Ahora sentía odio. Recordar todo aquello era tortuoso... Siguió leyendo.

“18:00 hrs.: Las cosas no pueden ser peores, mi mama me reclama que andaba exhibiéndome en publico con un chico, que estaba dejando en vergüenza el nombre de la familia, y a José, y que para no tener problemas con el Colegio, me van a cambiar al Liceo-41 que queda a tres cuadras, así me controlaran mas. No puedo soportarlo, no mas…”

Alguien entra a la pieza, y Rosse deja de leer, no puede creer que este ahí de nuevo. Ella retrocede... y el se sienta en su escritorio, la mira y le habla. Escucha palabras como, “disculpa”, “me pase”,”no debí”. Pero no mente estaba en sus recuerdos, en el dolor que el le había causado, en las muchas veces que quedo en el hospital, no podía canalizar las palabras de esa horrible persona. De pronto el se levanta e intenta abrazarla, ella asustada lo empuja... y el enojado lanza la silla de su escritorio... entonces escucha el grito de su madre...
Ese grito de nuevo, la despierta... esta vez estaba sobre su cama, ve su silla en el suelo… la levanta lentamente. Va a la habitación de su madre. Ella esta durmiendo placidamente. Va a la cocina y se sirve un vaso de agua. Va al baño y se lava la cara, se vuelve a mirar al espejo, ahora ve a una chica de 17 cansada, agobiada, odiada, maltratada y repugnante ¿Qué más podía esperar?
Se vuelve a acostar. Por que ahora todo volvía a su mente… después de tanto tiempo….que estaba pasando… comenzó a recordar cada momento vivido, aquello mismo que aparecía en su sueño, esas palabras de su diario. Una lágrima recorre su rostro con Ira y temor. Pero nada de eso servia. Alguien toca el timbre, se levanta, baja las escaleras y abre la puerta sin pensar en nada, no podía ser, era José. Cierra la puerta con fuerza, pero el alcanza a detenerla. Entra a la casa y le dice que ama a su mama y a ella, que ella nunca había entendido eso, y que se arrepentía de todos sus errores. Ella llorando lo golpea, le dice que lo odia y el la golpea, cuando ella cae al suelo, el la comienza a acariciar, ella no se deja, y la vuelve a golpear con ira, dejándola deja inconciente.
Despierta asustada, otra pesadilla. Ya son las siete, escucha ruidos, debe ser su mama, baja a verla:
- Rosse, tengo que decirte algo importante… - dice su madre
- Dime mama -
- Él, vuelve a vivir con nosotros, tú sabes que lo amo y que nunca lo olvide -
Ella se levanta, sin decir nada, y camina a su cuarto. Se tira en su cama, y llora largamente, las ideas se le mezclan en la cabeza. Entre llanto, angustia, y pensamientos se queda dormida. Las pesadillas siguen repitiéndose, una tras otra. Dan las cuatro de la tarde. Rosse aun no sale de su habitación. Su madre, en el piso de abajo, limpia la casa, pues José es muy exigente en cuanto al orden. Dan las cinco, las seis, Rosse baja, con su bolso, una mochila, y una maleta.
- ¿Qué haces Rosse?-
- Lo siento mama, no cabemos los dos en la casa, ya que el vuelve, yo me voy -
- Pero ¿donde vivirás?
- buscare arriendo, y lo pagare con el sueldo de la librería, no te preocupes, estaré bien, adiós -
Cierra la puerta, y tras esta su madre atónita. Rosse da el primer paso a la calle, se detiene, suspira y sigue su camino.

12 diciembre 2009

Sin retorno

Lucia acababa de despertar, se levanto de la cama, y miro por la ventana, el sol estaba radiante, y el mar lo reflejaba con una serenidad cariñosa, parecía ser un día especial, un día perfecto.
Saco un vestido blanco del cajón y sus zapatitos blancos, a su mama le encantaba esa combinación, se vistió rápidamente, posteriormente fue al baño con la intención de lavarse, se miró al espejo, se veía bien. Fue a la cocina y preparo desayuno, algo rico y en gran cantidad, quería ser ella quien despertase a sus padres. Fue al cuarto de ellos, pero no estaban, dejo la bandeja en la cama, y recorrió la casa, no había nadie.
- Mama... ¿estas?... ¿papa?... - Diviso un teléfono – [llamare a casa de mis abuelos, probablemente estén ahí] – pensó.
Marco, sonaba ocupado, intento varias veces, marco a toda su familia, pero siempre pasaba lo mismo
- ¿Que sucede? -
Cerró los ojos, sintió que la cabeza le giraba, le dolía mucho, intento pensar, ¿que habían hecho el día anterior? ¿Le habrían dicho sus padres que iban a salir?... no, lo ultimo que recordaba era haber ido a la playa con ellos, nada mas.
Alguien entró, ella se sobresalta.
- ¿Quién es?- corrió a ver quien era, para su alivio, era su madre quien se sentó en el living- ¡¡mama!! Que alegría verte - la abraza, la siente… cálida, se ubica al lado de ella – estaba tan asustada mama… -la observa detenidamente - ¿mama? ¿Estabas llorando?... ¿que paso? -
Entra el padre, ella se levanta, y el se sienta al lado de su madre, la abraza, y esta solloza.
- ¿Papa, por que mama esta llorando? ¿Qué paso? -
- Aun siento como si estuviese aquí, hablándonos - dice la mama
- Tranquila Anna, ya va a pasar… esto es normal… - responde el padre - Te traeré un café -
Se levanta, Lucia mira la escena atónita, sin entender nada.
- mama, ¿Por qué no me respondes? ¿Qué es normal? -
La madre se levanta y va al cuarto de Lucia, esta la sigue. Se recuesta en su cama, y llora desesperadamente, entra el padre, con la taza de café, la coloca en el escritorio, se sienta al lado de su mujer y le acaricia el cabello.
- Llore no mas, amor, desahóguese -
- Mi hija… Mi niñita, ya no estará mas -
- ¡¡¿Qué?!!-dice sorprendida - ¿De que hablan? ¿Estoy aquí, no me ven? -
- ¿Por qué la teníamos que llevar a la playa? ¿Por que la teníamos que dejar sola ahí? Si la hubiésemos acompañado a bañarse, si hubiésemos dicho que no se fuera muy hondo…si…-
- ¡¡¡¡Para Anna!!!!… Para- grita el papa - no quiero que lo digas, es demasiado doloroso también para mi… ver a mi hija ahí… ahí…- se le corta la voz.
- …muerta - dice la madre
- [no puede ser] -piensa lucia
Muerta, un eco de la palabra se le repite a lucia… muerta… su padre y su madre lloran abrazados… muerta…
-estoy… muerta… - una lagrima cae de su rostro y se deforma en el suelo… mientras las imágenes una a una pasan por su cabeza, ahora lo recordaba, fue donde sus padres y los abraza, los besa, ellos no la pueden ver…
- Es hora - dice el padre - Tenemos que vestirnos para el funeral -
- No quiero - llora la madre
- Por favor amor -
Ambos se levantan con pesar, lucia los sigue
Ve como se visten, los siente tan lejos, salen de la casa, se suben al auto, lucia toma el asiento posterior… van a la iglesia donde la estaban velando, bajan del auto. Mucha, mucha gente… todos les daban el sentido pésame, entraron a la iglesia, vio a sus tíos, primos, amigos. Todos tristes. En una esquina, sus abuelitos, llorando. Junto con sus padres, se dirigió al ataúd, era sorprendente y extraño a la vez verse ahí… tan pálida, tan rígida, como durmiendo, con el mismo vestido que llevaba puesto.
Después de un momento empezaron a guardar las flores y llevaban el ataúd a la carroza… su padres se subieron a ella, lucia los acompañaba…
Llegaron al cementerio y escucho atentamente todo lo que le decían y deseaban su familia, lloro, mas aun cuando su madre grito al bajar el ataúd, mientras su padre la abrazaba fuere. De pronto vio una luz, y comprendió, beso a sus padres, los abrazo mientras les decía:
- No quiero que sigan llorando, siempre los cuidare desde allá, los amo-
Era la despedida.