17 julio 2011

Cambios

Jalo de mi mano y me beso, no quise oponerme, aun sabiendo que aquello no era amor. Me deje llevar para que una leve fantasía se apoderara de aquel momento y que esa misma fantasía decidiera mi futuro.
No coopere ni le devolví el beso, creo que el se decepcionó de aquello, lo intento otra vez y permanecí inmóvil, con los ojos cerrados. Noto ciertamente mi incomodidad, sujeto mi mano y me invito a que camináramos. No tocamos el tema, simplemente hablamos de muchas cosas.

Volví a mi casa indiferente, había sido algo “emocionante” después e tantos años sola, pero de algún modo no llamaba mayormente mi atención. Simplemente fue algo que paso.

Arregle mi bolso, guarde mis cosas y partí, el bus salía en un media hora.
A mi lado se sentó un hombre, relativamente joven, lo mas seguro que de mi edad. Me observaba con cara de “excitado”, me oficio bebida y comida, me negué amablemente, y me hice la dormida.
Eran 7 horas de viaje, no pude dormir, pero cuando note que el hombre a mi lado dormía, comencé a leer. No entendía por que aquel beso no me había producido algo, un mínimo sentimiento especial. El era un hombre guapo.
Incluso el hombre a mi lado era bastante apuesto, pero pese a tener conciencia de aquello, no me producía nada.
Antes había estado con chicos, varios, he tenido sexo y hecho el amor. Pero ahora, pese a las fantasías eróticas que mas de alguna ve me han llevado a masturbarme. No tengo interés en el sexo. De algún modo eso me incomodaba.
El hombre a mi lado noto que estaba despierta, me tomo la mano, lo ignore, me beso y comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos. Me mantuve en silencio. Quizás fuese interesante, o al menos excitante la experiencia. Pero la emoción duro un par de minutos. Pese a que en mi mente imaginaba muchas escenas eróticas no conseguí excitarme. Corrí su mano y me levante al baño. Me moje la cara, y abrí la ventana.

Después de casi una hora decidí salir, el hombre ya dormía. Ordene mis cosas, por que no quedaba tanto de viaje…

Al bajarme del bus me recibió una mujer, de aspecto sencillo pero bastante sería. Se presento con el nombre de magdalena. Ella me llevaría a la oficina para hablar con mi cliente. Subimos a su vehiculo, mientras me daba las instrucciones correspondientes. La observe en silencio, no se veía muy femenina, sin embargo sus rasgos eran suaves y a la vez firmes.
Sentí un deseoso impulso por tocar su mano y sentir la calidez, pero era algo absurdo. Mire por la ventana para distraerme.

La conversación con mi cliente fue tediosa y extremadamente agotadora. Salí fastidiada de la oficina. Magdalena me ofreció un café en la sala, mientras llegaba un taxi por mí.
Pareció sorprendida cuando le explique que era la primera ve que estaba en La Serena, me ofreció ser mi guía y acepte dichosa.

Me paso a buscar a eso de las 22 horas. Recorrimos varios lugares, nos sacamos fotos y terminamos en una disco, bailamos con chicos toda la noche, y como yo estaba ebria, mas que ella por cierto, se decidió a llevarme a su apartamento.

Jamás creí que dormir en la misma cama me daría tantas respuestas. Nos besamos y acariciamos. Con ella me sentí completamente excitada. Había algo en todo eso que un hombre no me podía dar, llegamos a un orgasmo múltiple juntas. ¿Como podía ser?, estaba aun mas perdida.

Al día siguiente actuábamos como si apenas nos conociéramos, apenas quedamos solas le pregunte si podíamos volver a juntarnos, ella respondió: “solo disfruto la primera noche, así que olvídalo”
No me sentí decepcionada en lo absoluto, regrese a casa y me conecte a Internet, y comenzó mi búsqueda por una lesbiana. Quizás algún día encuentre a la mujer ideal para mí.