21 enero 2010

Mil lagrimas y una gota dolor


Aun antes sus ojos llenos de lágrimas, Paúl seguía con aquel repugnante instinto. Tomo la mano de Rocío y la acerco sutilmente. Sus manos la acariciaban con morbosidad mientras la resignación se apoderaba de ella. Su corazón quebrantado cientos de veces reprimía su anhelo de imponerse y negarse a aquellas situaciones. La empujo a la cama, ella cerró sus ojos, ya no tenía orgullo, ni siquiera dignidad, ya no le quedaba nada.
En el cuarto contiguo su hermana gemela, Liliana, lloraba al escuchar los sollozos de Rocío mezclados con los gemidos de aquel ser despreciable. Sabía que después seguiría ella. Tapo sus oídos con la almohada, queriendo desaparecer de aquel lugar, pues cada sonido producido por la escena era una puñalada en su corazón.
Después de cuarenta minutos solo se sentían los sollozos de Rocío. Paúl entro a la habitación donde se encontraba Liliana y le dijo con voz prepotente “Quiero comer”. Liliana se dirigió a la cocina. Tratando de hacer todo lo mejor posible, cocino. No quería pensar que ocurriría si cometía algún error y así cocino mientras diversas imágenes rondaban su mente.
Luego de servir la comida fue a ver Rocío. Estaba en la cama, llorando, aun desnuda, Liliana la abrazo y le dijo “te prometo que saldremos de esto, te lo prometo”, sintiendo la calidez de aquellas palabras y aquel abrazo ambas se quedaron así.
Tres horas pasaron, cuando llego Mariana cansada del trabajo, Las gemelas fuera a atender a su madre, que fatigada se tiro sobre la cama.
- ¿Dónde esta Paúl? – pregunta la madre
- En la tina – responde Liliana abatida
- Esta de pésimo carácter, y además borracho – añade Rocío con una mirada ausente, Mariana comprendió de inmediato, abrazó a su hija llorando y le dice – Lamento que debas pasar por esto - mira a Liliana – que deban pasar por esto, si tan solo tuviésemos un lugar donde vivir, todo seria distinto – las tres se abrazaron con pesar. En eso entra Paúl.
- ¡donde estabas! ¡Acaso son estas hora de llegar a tu casa! ¡Eres una suelta! –
Le grita a mariana mientras le agarra del brazo, la arroja al suelo y comienza a azotarla. Las gemelas con desesperación se abalanzan contra el con el fin de defender su madre, pero el las empuja con tanta fuerza y descontrol que se golpean contra la pared, quedando inconciente, al igual que su madre.

- Buenos días mis niñas – Les dice la profesora Angélica a las gemelas, para ellas este era el único lugar donde se sentían a gusto, sin los constantes gritos y malos tratos de su padrastro.
Los persistentes desmayos y mareos de Liliana, llamaron la atención de la enfermera de la escuela. Era bastante común que una gemela fuera más débil que las otras. Pero era mejor estar segura.
En la enfermería, Rocío escuchaba los susurros de Angélica y la enfermera al otro lado de las cortinas. Tenía tomada la mano de su hermana, sabia que algo no andaba bien. Había un silencio inquietante a su entorno, después de varios minutos solo se escuchaba una ambulancia a lo lejos, luego muchos pasos a su alrededor, gente que entraba y salía, la voz del rector y de algunos inspectores hablaban en susurros, extrañamente sintió la sirena se escuchaba en el patio, debía ser su imaginación. Entre tanto ingresa la enfermera con dos médicos y una camilla, Rocío no entendía nada, solo estaba ahí, en una esquina, viendo como trasladaban a su hermana de camilla, y se la llevaban en la ambulancia. Rocío siguió todo el procedimiento, hasta quedar en la entrada del patio de la escuela.
- Es mejor que vallamos a clases, no podemos hacer mas – le dijo Angélica, tomando el brazo de Rocío con dulzura.
Las horas de clases parecíame interminables, Rocío constantemente imaginaba a Liliana conectada a suero, aun inconciente, aquellas imágenes la mantenían intranquila. Sentía miedo, ¿y si ella no volvía? No, eso era imposible, solo había tenido un desmayo más, pasaría lo de siempre; La examinarían y la traerían de vuelta. Entonces ¿Por qué se la había llevado la ambulancia? La enfermera no había explicado nada, esto había sido tan repentino. Si, debía de ser algo mas grave, esa era una explicación lógica. No, quizás solo se habían equivocado, eso debió ser ¿Y si no? ¿Qué ocurriría?
Habían pasado alrededor de cuatro horas, y no se sabía nada de Liliana. Rocío no conseguía detener los pensamientos en su mente, y continuaba así, sin poner atención a las clases. Daba igual, no era relevante.
Estaba en medio de la clase de Historia cuando la llama el inspector de piso, la guía a la rectoría. En su interior estaban su profesora Angélica, el rector, la enfermera y dos señoras que no conocía. Algo debió suceder.
- ¿Le paso algo a Liliana? – dice Rocío asustada
- No, ella esta bien – responde el rector, Rocío noto que tenia una mirada de preocupación, eso la tenia incomoda, pues entendía que algo no estaba bien – pero adelante, siéntese - le señala el sillón a un lado de la oficina - Quiero hablar algo contigo – agrega, Rocío temerosa se sienta, las ideas es su mente aumentaban considerablemente, deseaba que le explicaran todo de una vez – Quiero presentarte a Belén, ella es Psicóloga y a Javiera ella es doctora del hospital donde estaba tu hermana… -
- ¿Pero no estaba bien? – interrumpe aterrada Rocío
- Tranquila, ella esta bien, ahora esta descansando – Explica Javiera
- Nosotros queríamos hablarte de otra cosa – Añade el Rector, Rocío mira entre desconcertada y confusa.
- Queremos saber… ¿Qué es lo que ocurre en tu hogar? – Pregunta Belén
La mirada de duda de Rocío cambia drásticamente a terror. Mantiene el silencio por treinta segundos
- Esto… Yo… Nada… Es que… Hamm... ¿Por qué preguntan? – dice Rocío casi balbuceando.
- Mientras examinábamos a Liliana notamos contusiones leves y marcas que son claros signos de Maltrato – Señala Javiera, Rocío mantiene la vista en el suelo

- ¡LE VOY A DECIR A MI PAPA DE ESTO! – gritaba Rocío, mientras lo golpeaba.
- Le dices y mato a tu madre y hermana – amenaza Paúl con una sonrisa de victoria – Así que atrévete y veras quien sale perdiendo, así que ahora sigue en lo que estabas pendeja – y le arranca la blusa de un tirón.

-… Además notamos… - Rocío levanta la vista hacia la doctora, mirándola con expresión de suplica, pues no quiere escucharlo –…signos de violación - una lagrima recorre el rostro de rocío, ¿Por qué lo habrá dicho? ¿Por qué se metían en algo que no eran capaces de entender? ¿Qué sucedería ahora? – Y queremos saber que es lo que ocurre -
- No pasa nada – Rebate rocío llorando, sin convencimiento – no es algo en lo que deban inmiscuirse -
- Rocío – dice Belén – Le hicimos unos exámenes a tu hermana, y esta embarazada, tiene tres meses, y dadas las circunstancias, sabemos que no fue algo que ella decidiera, y francamente es muy difícil que una niña de doce años tome una decisión así.
- Embarazada – repite rocío para si misma – No… ¿Como?… Eso… -
- Queremos que esto se detenga - dice Angélica - Queremos ayudarlas… -
- Entonces no se metan – interrumpe Rocío, aunque en su corazón esperaba que todo eso terminara, dudaba que eso ocurriría algún día, estaba totalmente resignada – No lo entenderán –
- por que no nos dejas intentarlo – Añade el rector
Después de una hora Rocío se da por vencido, les expone lo que han vivido, Todos impactados escuchan atentamente. Luego de explicaciones y preguntas, se encontraba Rocío llorando en brazos de angélica cuando entra Liliana, su expresión reflejaba que también había llorado, las gemelas se abrazan. El rector preocupado llama al trabajo de Mariana y le pide una entrevista urgente con esta.
Mientras tanto Rocío le cuenta haber revelado todo, a Liliana le gana el pánico
- ¡Como pudiste! – grita Rocío, todos la observan, pero ella no se a cuenta – ¡Que crees que va a pasar ahora! ¡Tú sabes bien que nos va a hacer!... No quiero ni pensarlo.
- tranquila - le dice mientras la abraza – confiemos por primera vez que esto saldrá bien -
Pero se notaba la preocupación de Rocío en sus ojos, ambas estaban asustadas por lo que sucedería.
Pasan los minutos, uno tras otro, la espera y el silencio las impacienta cada vez más. Nadie sabía que decir. Finalmente llega mariana, ve a la gemelas y les dice que estén tranquilas, ella va a hablar con el rector y entre todos van a solucionar el problemas, que ya la han ayudado bastante y que las ama demasiado. Entra a la oficina del rector, junto con Javiera y Belén.
En la oficina El rector expone lo dicho por Rocío, la madre llora atónita, sabia de los maltratos y golpes de Paúl, pero jamás imagino una violación, quedó aun más impactada al escuchar que Liliana esta embarazada. No podía creerlo que estaba pasando, ella siempre vio a Paúl como un mal hombre, pero nunca a ese extremo, nunca creyó que tenia una mente tan pervertida. Mariana expone su parte, el temor que les causaba Paúl, las constantes golpizas y amenazas que le proporcionaba. Que ella se justificaba ante sus hijas con que no tenían casa, por temor a que este les hiciera algo peor, sin saber que lo peor estaba pasando. Conversaron largamente, buscando la manera adecuada de arreglar la situación.
Cuando todos salieron de la oficina, las gemelas estaban mas tranquilas, las clases habían concluido, y sus compañeros se habían ido.
- Vamos niñas – dice mariana
- ¿Qué paso? – Pregunta Liliana
- Nos vamos a la casa – responde Mariana, las gemelas se ponen pálidas ante la respuesta de su madre, en un segundo toda su esperanza fue echa añico por las palabras de su madre, no era lo que esperaban – Pues debemos buscar nuestras cosas – se justifica a causa de la expresión de sus hijas, las que cambiaron de expresión a confundidas - arrendaremos un departamento, ya hablamos con los dueños, Revisamos los gastos, arreglando todo con el rector, así que tranquilas. Ahora vamos a buscar nuestras cosas a la casa, nos acompañara Angélica y Belén, en caso de cualquier problema.
Las niñas estaban contenta con esta noticia, todos sus miedos se habían esfumados, ahora serian felices. Partieron en el vehiculo de Belén, entre bromas y risas llegaron a la casa. En la puerta se encontraba afirmado Paúl, con la mirada perdida, notablemente drogado. En eso ve que las gemelas bajan del auto, la ira toma posesión de el una vez mas. En un instante llega al lado de Rocío y le jala del cabello gritándole “¿donde estaban sueltas? ¿Por qué se suben al auto de cualquiera?”, en eso baja Angélica y lo empuja, entre el caos se escuchaban cosas como “suéltala”, “no te metas”, “detente”, “ten cuidado”, “no sabes con quien habla”, etc. Entre tanto Mariana, Liliana y Rocío entran a la casa, Angélica y Belén las siguen, ayudando a guardar sus cosas. Paúl también había ingresado a la casa, continuaba gritando, tirando cosas por todas partes. Al comienzo Angélica lo enfrento, pero luego, al igual que las demás lo ignoraron, lo que lo hizo enojar aun más. Entre todas almacenaban ropa y cosas personales en bolsas y mochilas, Belén y Angélica guardaban las cosas en el auto con toda rapidez, en cosa de segundos de haber salido de la casa se escucho un disparo, seguido de un grito de Liliana, Ambas dejaron caer las cosas y corrieron con rapidez, en el transcurso de ese tiempo se escucharon dos disparos mas, y luego otros tres, cuando entraron al cuarto de Liliana vieron a la madre y sus dos hijas tiradas en el suelo, llena de sangre. Paúl al lado de la puerta con el arma en las manos, era demasiado tarde para hacer algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario